Para los incultos e ignorantes como yo, les explicaré que dicha práctica consiste en juntarte en casa de un

He de confesarles que hasta el día de hoy, yo me consideraba una experta en el arte amatorio y todo lo que conllevaba dicho tema, pero tras esta reunión me he dado cuenta de que mi conocimiento es absolutamente nulo, digo nulo porque no se me ocurre otra palabra mejor para describir mi… –ni-zorra-idea-
El caso es que nosotras contactamos por Internet con la empresa que lleva este tipo de tinglados, esta tiene una serie de delegadas por España adelante y que son las que vienen a tu casa a enseñarte los aparatitos, y nosotras, como jóvenes abiertas de mente y mujeres modernas, no dudamos ni un segundo en contratar el servicio.

Tuvimos la genial idea de decirle a la tía que viniese después de la cena, con lo cual cuando la buena de la mujer llegó, a nosotras ya nos estaba empezando a afectar el vino que nos habíamos chimpado, y les aseguro que la sensación de encontrarte toda rodeada de tus amigas, media piripi y en medio de un millón de vibradores por todas partes, es por lo menos… curiosa.
Lo primero que nos enseñó fueron un millón de aceites para masaje, polvos para el cuerpo, barras de labios y liquiditos para embadurnarte entera; los había de sabores, de olores, con colores… de todo!! Para satisfacer nuestra gran curiosidad acabamos todas remangadas untándonos la potingada… que digo yo, que una sola debe ser súper sensual, pero cuando te has echado cuatro o cinco capas de distintas cosas, la mezcla puede ser como para caerte de culo. Yo miraba para mis amigas y veía a unas todas brillantes del aceite, otras pálidas de la cantidad de polvos que se habían echado, otras con los morros todos pintarrajeados… vamos, que parecíamos una versión joven de las Supremas de Móstoles.
Luego llegó el turno de la colonia de feromonas, una colonia que según nos dijeron, provoca

La cosa ya iba tomando color, y a continuación fuimos viendo un millón de artilugios curiosos como esponjas que vibraban, patitos de goma, velas de todo tipo, plumeros eróticos, fustas… y con esto llegamos al mundo de las esposas. Cuando la tía empezó a sacar las esposas de la maleta, y a pasárnoslas, todas tuvimos la genial idea de encadenarnos a lo primero que pillamos… Yo me esposé a la pata de la mesa, otra al brazo de la que tenía al lado, otra a la manilla de la puerta, otra a su propia pierna… y a medida que íbamos encadenándonos a cosas absurdas no

Una vez que conseguimos desatarnos empezó el tema de las bolas chinas. Yo siempre pesé que las bolas chinas eran pequeñas, como canicas o de un tamaño parecido… Pues yo no se si es que esta empresa trabaja sólo con tallas XL, o si todas son así, pero les juro que aquello en vez de bolas chinas, eran albaricoques chinos… la repanocha.
Llegado este punto, la tía debió de considerar que ya estábamos bastante metidas en materia y empezó a sacar los vibradores… joder con los vibradores!! He llegado a la conclusión de que en el mundo del erotismo debe de trabajar la gente con más imaginación del mundo y mucho

Así que ya saben, si quieren pasar un rato divertido con sus amigos no lo duden y organicen una reunión de estas, mis amigas y yo desde aquí se lo recomendamos a todo el mundo, eso si, lleven dinero… porque al final, siempre se compra más de lo que uno pensaba… y les diré un secreto, amigos, aquella noche, a alguna le funcionó la colonia… y les juro que no tengo comisión. Jiji.
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