9.1.09

MI LUZ

Cuándo era pequeña y alguna noche me despertaba asustada por un mal sueño, mi madre dejaba la luz del pasillo encendida hasta que me durmiese, muchas noches se me han cerrado los ojos viendo aquella bombilla y su tenue resplandor, y aquello me tranquilizaba.

Hoy he vuelto a dormir mal, un montón de pensamientos y sensaciones extrañas invadían mi cabeza y cedían terreno a la preocupación y a la tristeza, he dado vueltas en la cama y ha llegado un momento en el que he sentido una sensación de ahogo extrema dentro de mi cuerpo, era como si el aire que me rodease me apretase muy fuerte y como si el pijama que envolvía mi cuerpo hubiese encogido cuatro tallas y no me dejase respirar.

Me he levantado y he corrido hacia la ventana para abrir la persiana y dejar que toda esa angustia saliese del dormitorio y me dejase de presionar el pecho… y entonces en mitad de la oscuridad ha aparecido mi luz.
En el medio de la calle negra y desierta una pequeña farola se levanta ante mi casa, con una estela que asemeja la del pasillo de mi madre, y tan pronto la he visto he vuelto a recordar aquellas noches de niñez y algo me ha paralizado. Poco a poco, hipnotizada, he sentido que la entereza y la calma volvían a mí, y el aire de nuevo ha corrido a mis pulmones. Nunca me había fijado en ella, o quizá nunca la había necesitado hasta esta noche. He vuelto a mi cama sin perderla de vista y me he acurrucado y tapado hasta la cabeza y he descubierto que desde aquí tumbada puedo verla perfectamente a través del cristal… y me he alegrado, me he alegrado tanto!

Y allí, en ese preciso momento en el que mis ojos cansados por el sueño se mezclaban con una creciente sensación de alivio, ha vuelto a ocurrir algo maravilloso. El resplandor de la farola se ha cubierto de motas blancas que caían del cielo, y ha empezado a nevar. La nieve ha caído majestuosa y serena, con fuerza y aplomo sobre mi pequeña farola durante media hora, y todo se ha tornado de un color exquisito, y desde el calor de mi cama me he sentido afortunada por tan mágico momento…. Y lo que me dolía en el corazón se ha calmado un poco, y los grandes problemas me han parecido un poco más pequeños.

Así que a todos los que no hayáis podido disfrutarlo, os confirmo que hoy, nueve de enero a las siete de la mañana ha nevado sobre Compostela… y ha sido bonito, muy bonito.

2 comentarios:

Jorge Armesto Rodríguez dijo...

Me sorprendería si no fuera porque ya hace tiempo que sé que la magia existe para los que tienen ojos para verla. Hubiese nevado igual esa noche, pero el cielo decidió empezar en ese momento para ti, que mirabas.

Chusa dijo...

Gracias Coronel, aquí seguimos luchando por esos momentos especiales, aunque a veces sólo podamos rozarlos con la punta de los dedos.Un beso