Ha perdido la inspiración pero se niega a aceptarlo. Aquel día tan pronto descubrió que ella ya no estaba, notó como algo fluía y escapaba de su cuerpo para perderse entre el humo de su cigarrillo. Fue perfectamente consciente de que el corazón se le endurecía, la mente se le bloqueaba, las palabras dejaron de encadenarse y la voz en un alarde de rebeldía enmudeció… y se dio cuenta que sin la musa no había poeta.Y los días ya no tienen melancolía, solo pasan sin más. Ha buscado durante tres noches lo que aquella princesa le regalaba, ha gritado su nombre esperando que le doliese, ha releído sus besos llenos de pasión desmedida… y se ha visto devorado por la desidia… porque ya no siente nada, porque se ha muerto por dentro, porque eran sus caderas las que guiaban sus sueños, porque eran sus manos las que le señalaban el camino correcto… y sin su cuerpo no hay locura, y sin ella no hay canción posible.
A R.
(que tiene una filosofía de vida tan patética... que me gusta.)
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