
Juan apenas piensa en ella, se levanta por las mañanas y se va a trabajar mirando el reloj. Ocupa su tiempo entre música y pintura, pasa las noches buscando alguien que quiera sus besos con espinas y la pequeña historia de Eva apenas se puede divisar ya en su horizonte. Pasó como una exhalación y no ha movido nada de encima de su mesa, su corazón sigue negándola y su mente sigue olvidándola. Ha cerrado la puerta a su amor y nunca reconocerá que en

Y es que su historia nunca ha existido, nunca se han amado y nunca se han cogido de la mano, no tienen canción, ni dirección, ni comparten, ni se miran a los ojos, ni se cuentan, ni se esperan, y sin embargo a ella le parece la más mágica historia de amor jamás contada… y a él le aprieta el cuello tanto que no le deja respirar. Ellos sólo se han hablado, se han escuchado, han sido amigos, se han sincerado, se han reído mucho juntos… y visto desde fuera quizá hayan tenido mucho más que la mayoría de nosotros, quizás han tenido tanta suerte que se les terminó cuando quisieron amarse y por eso su magia acabó por romperse en un millón de trocitos .…
Y hoy se han cruzado en un semáforo de la cuidad, ella lo ha reconocido desde el otro lado de la calle, él ha levantado la vista y le han temblado las manos…
Y por un instante ambos han deseado acercarse y sin decirse nada, abrazarse, él quiere besa

Pero Eva le ha mirado con los ojos muy abiertos y su alma se ha llenado de tristeza mientras la de Juan ha rebosado de orgullo, y las heridas han vuelto a aparecer y el corazón se ha vuelto a romper… Juan aprieta los dientes, aparta la mirada y decide cruzar por otro lado, y sin más, se da la vuelta escapando del recuerdo, dejando tras de si una estela de rencor que se pierde entre el resto de los problemas de la gente de la calle, mientras que a Eva una vez más, la realidad le rasga el deseo.
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