… Y L
ucía se siente fatal…
Han pasado los años y apenas vislumbra nada en su rostro que le recuerde al hombre con el que se casó, lo mira desde su lado de la cama y se pregunta si realmente han cambiado tanto, o simplemente el tiempo devastador ha permitido que se dejen de interesar el uno por el otro.
Ella, que tenía un mundo de ilusiones, una caja llena de sueños, que tanto lo había amado y admirado, que moría por su sonrisa y temblaba cuando le decía algo al oído, que todo le parecía fácil con él, y sin él nada tenía sentido…se le escapa una sonrisa entrecortada y se da cuen
ta de que ya ni se acuerda de la última vez que sintió aquello. Para ti ya no hay mariposas en el estómago, piensa, solo quedan ataduras frías y deberes, abrazos insípidos por los que parece que no fluye sangre, y miradas a los ojos vacías y tristes.
Hace muchos años que los besos le saben a rancio y ya no quiere guardarlos, y noche tras noche se acumulan a los pies de su cama junto a su deseo. Y aguanta y aguanta… Lucía tu aguanta, se repite cada poco, es lo que escogiste y con lo que has de vivir… pero siente que poco a poco se va deshinchando, se siente minada y olvidada, y hoy quizá llore en silencio contra la almohada mientras su pie busca en vano el calor de su extraño.
ucía se siente fatal…Han pasado los años y apenas vislumbra nada en su rostro que le recuerde al hombre con el que se casó, lo mira desde su lado de la cama y se pregunta si realmente han cambiado tanto, o simplemente el tiempo devastador ha permitido que se dejen de interesar el uno por el otro.
Ella, que tenía un mundo de ilusiones, una caja llena de sueños, que tanto lo había amado y admirado, que moría por su sonrisa y temblaba cuando le decía algo al oído, que todo le parecía fácil con él, y sin él nada tenía sentido…se le escapa una sonrisa entrecortada y se da cuen
ta de que ya ni se acuerda de la última vez que sintió aquello. Para ti ya no hay mariposas en el estómago, piensa, solo quedan ataduras frías y deberes, abrazos insípidos por los que parece que no fluye sangre, y miradas a los ojos vacías y tristes.Hace muchos años que los besos le saben a rancio y ya no quiere guardarlos, y noche tras noche se acumulan a los pies de su cama junto a su deseo. Y aguanta y aguanta… Lucía tu aguanta, se repite cada poco, es lo que escogiste y con lo que has de vivir… pero siente que poco a poco se va deshinchando, se siente minada y olvidada, y hoy quizá llore en silencio contra la almohada mientras su pie busca en vano el calor de su extraño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario